sábado, 2 de abril de 2016

Una experiencia fugaz

Hola de nuevo:

Está visto que este curso me está siendo especialmente difícil mantener el blog al día. Como recordaréis y podéis comprobar, mi última entrada fue para despedirme del colegio Luis Bello, en el que estuve trabajando desde el primer día de curso hasta el 18 de febrero, y ayer mismo comencé en otro cole en el que estaré ya hasta el final, de nuevo, sustituyendo a una compañera por maternidad. Ya os hablaré de esto en las próximas entradas, pero hoy quiero hacer una breve reseña sobre una corta e intermedia experiencia que he tenido en otro colegio durante algo menos de un mes, hasta las vacaciones de Semana Santa.

No sé si es que estoy teniendo mucha suerte o es que tengo la positividad que tenemos que tener y que se requiere de un maestro interino, pero la cuestión es que he vuelto a disfrutar un montón y a aprender en este otro colegio con mis compañeros y alumnos. Se trata del colegio público bilingüe “San Blas”, en el pequeño pueblo de Ajalvir. La experiencia ha sido breve, pero muy intensa y enriquecedora. En esta ocasión he dado clase de las asignaturas de inglés a dos grupos de cuarto. Además, siendo tutor de uno de ellos, también le he impartido la asignatura de “Valores”.

CEIP San BlasTenía algunos alumnos más por clase que en el Luis Bello, 19 y 20 respectivamente, pero tampoco es un número muy grande, lo que siempre resulta positivo para un maestro y para los alumnos, a los que, lógicamente, les puedes dedicar más atención. Ha sido poco tiempo, es cierto, como para conocerles bien, pero suficiente para disfrutar de su vitalidad y genialidad y que, por supuesto, te dejen una pequeña huella más en tu corazón de maestro. Me ha llamado también mucho la atención el perfil de este alumnado, probablemente al tratarse de un pueblo, no porque sean mejores o peores, sino por su mayor uniformidad cultural, frente a la diversidad típica en muchos colegios de Madrid Capital.

Por último, en cuanto a mis compañeros y a todo el personal del colegio, aunque al igual que a los niños, tampoco he tenido suficiente tiempo para conocerles como me hubiera gustado, me ha bastado para apreciar su compañerismo y profesionalidad. Como suelo hacer en mi blog, quiero aprovechar desde aquí para agradeceros vuestro apoyo desde el primer momento, ayudándome a integrarme al colegio y colaborando conmigo en todo lo que he necesitado. Muchísimas gracias a todos y, especialmente, a Yolanda, mi compañera de Inglés, por tu constante ayuda en el día a día.

Un fuerte abrazo y hasta pronto.