Ejercicio 3: Contrastes

En este nuevo ejercicio, como hacemos siempre, hemos seguido trabajando los conceptos de equilibrio y composición, a la hora de ocupar el espacio del papel; pero el objetivo principal, ha sido enseñar a los niños a trabajar sólo con dos colores que contrasten y que den fuerza expresiva a sus obras. Para ello, nos hemos servido de nuestras habituales cartulinas de colores y de los restos de dichas cartulinas, que nos han ido sobrando de los ejercicios anteriores. Junto al tema del contraste y la complementariedad de colores, hemos visto y utilizado también conceptos interesantes como la descomposición de cuadrados y rectángulos en triángulos de diversos tamaños, para que ellos mismos creen sus propias piezas o elementos compositivos con los que desarrollar y ampliar sus posibilidades creativas.

Vamos, pues, a explicar en detalle cómo ha sido el desarrollo de esta nueva serie y cuál ha sido el fruto generado por nuestros artistas.

Pautas y desarrollo

En primer lugar, les expliqué a los niños lo que eran los colores complementarios, de la manera más sencilla posible, mostrándoles diversas ruedas de color y cómo utilizarlas para hacer combinaciones interesantes y eficaces en sus trabajos. Hoy día, basta con poner las palabras "rueda de color" o "colour wheel" en el buscador de imágenes de Google Chrome, para obtener decenas de ellas y poder elegir la más apropiada, más o menos compleja, en función del trabajo a realizar y de la edad de los niños (os recomiendo leer mi artículo de éste blog: "La Magia del Color"). En el buscador de imágenes mencionado, si queréis obtenerlas con buena calidad, os aconsejo que seleccionéis la opción "Grande" en el sub-apartado  "Tamaño" (por si no lo conocéis, la secuencia sería esta: Google / Imágenes / Herramientas de búsqueda / Tamaño / Grande).  

Dicho esto, como se trataba también de aprovechar y reutilizar el material de que ya disponíamos, a la hora de seleccionar las parejas de colores, lo hicimos entre los que más se aproximaban a su posición en la rueda utilizada. 

Así pues, nos pusimos manos a la obra. Aprovechando pequeñas tiras de cartulinas sobrantes, los niños fueron dibujando cuadrados y dividiéndolos en triángulos y rectángulos más pequeños mediante diagonales, tal y como se puede apreciar en la imagen. Una vez recortados, con esas pequeñas piezas geométricas, no necesariamente perfectas, fueron haciendo sus composiciones sobre la cartulina de fondo, de forma totalmente libre.

Para motivar y/o inspirar a los más "perezosos", como hacemos habitualmente, utilizamos como modelo los trabajos de los alumnos más creativos o menos temerosos y reticentes a usar su creatividad. Éste es, sin duda, uno de los mayores retos que tenemos los maestros: conseguir que nuestros alumnos no teman afrontar nuevos proyectos y que no se auto-limiten en sus posibilidades. No es la primera vez que el niño más "negativo" y receloso a abordar una actividad artística o creativa, con la motivación adecuada, acaba haciendo el trabajo más admirable e interesante. Como he dicho otras veces, no es algo fácil, pero tenemos que intentar constantemente reforzar la autoestima de los niños y quitarles de la cabeza esa frase que tanto repiten en primaria de: "es que yo no sé dibujar".

Algo que también me gusta mucho y que considero muy pedagógico, es que los alumnos que terminan pronto sus trabajos, no sólo puedan ayudar a sus compañeros mostrando sus obras como modelos, sino colaborando con el maestro en el apoyo individualizado a otros compañeros, no necesariamente menos artistas, pero sí más despistados :-)

Volviendo al proceso de trabajo en sí, una vez que los niños tenían alguna composición interesante, antes de que la fijaran con pegamento sobre el fondo, me la tenían que mostrar para, entre los dos, analizarla y valorarla o no como trabajo terminado. Salvo en casos extremos, en que se nota demasiado que han situado las piezas de forma aleatoria y sin ganas, y les propongo replantearse el trabajo con calma, la mayor parte de las veces ellos tienen la última palabra a la hora de dar por buena una composición. ¡Esto es fundamental! "¿A ti te gusta?, ¿sí?, ¡Pues ya está!". Después, cuando ya han terminado y como tiene que ser, les puedo decir cómo podrían haber mejorado la composición o cómo me habría gustado a mi más, pero ellos tienen que ser conscientes de que es "su" obra y no la mía, y estar orgullosos y satisfechos con ella.

Y esto es todo. A lo largo del artículo y al final del mismo, tenéis los trabajos de los niños para que vosotros y ellos mismos los podáis contemplar en cualquier momento.

Aprovecho también para mencionar que tenemos una obra menos en nuestro grupo de "Arts and Crafts", porque se nos ha ido Marian a vivir a New York. ¡Marian, te deseamos toda la suerte del mundo y te mandamos muchos besos, de parte de tus compañeros y de los maestros del "Luis Bello".

Un cordial saludo.